Escuchemos el clamor de la Tierra, nuestra Casa Común
SALUD Y BIENESTARDERECHOS HUMANOS
El Papa Francisco en su carta encíclica “Laudato SI´” en los primeros numerales, nos invita a escuchar el clamor de la tierra, la cual es nuestra hermana, con la cual compartimos la existencia, y es también “como una madre bella que nos acoge”[1], nos sustenta, y produce diversos frutos y recursos, de los cuales nos beneficiamos y son necesarios para nuestro desarrollo. Nuestra casa común clama por el daño y deterioro que le estamos provocando por el “uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”[2].
El uso irresponsable de los bienes de la casa común a lo largo de la historia se debe a que el ser humano ha crecido pensando que “éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla”[3], cuando en realidad solo somos administradores con la misión de cuidar y dar un buen uso de los recursos de la creación. Esta misión encomendada a los seres humanos podemos verla a la luz de la sagrada escritura, en Genesis 1, 26 en donde Dios le da autoridad al hombre sobre la creación misma, sin perder de vista como nos dice el Salmo 24, 1-2: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. Porque Él la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos”, dejando claro que el amo y señor de la creación es Dios mismo, Padre creador de todo.
Actualmente se sienten con más fuerza las consecuencias de la grave crisis ecológica, manifestada en el cambio climático, la perdida de flora y fauna, y el deterioro de la calidad de vida de millones de personas; sumado a esto también la gran contaminación de recursos vitales como el agua y el aire. Todo esto producido por el pecado, como nos dice el Papa Francisco: “La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra”[4]
Los cristianos no podemos ser indiferentes al clamor de la casa común; el Papa Francisco y la Iglesia, nos invitan a asumir nuestros “deberes con la creación y el creador”[5], hacer de este deber y misión parte de nuestra fe, tomando conciencia e impulsando a nivel personal, dentro de la familia, nuestra comunidad, en la Iglesia y sociedad, acciones orientadas al cuido y protección de nuestra común. Toda la humanidad esta invitada y particularmente los cristianos, a reconocer en todo lo creado, la mano amorosa de nuestro Padre Celestial. Que toda la humanidad, junto a toda la creación, los seres vivos, los ríos, montañas y mares, el universo entero, canten y digan como San Francisco de Asís: “Alabado seas, mi Señor”.
[1] Laudato SI´#1
[2] Laudato SI´#2
[3] Laudato SI´#2
[4] Laudato SI´#2
[5] Laudato SI´#64