Amar a Dios nos lleva a amar al prójimo sin importar las diferencias

FE

Lic. Marvin Gavidia

1/25/20242 min read

No cabe duda de que la Iglesia está compuesta por una diversidad de personas, costumbres y pensamientos, y por ello cuenta con una riqueza invaluable.

No obstante, esa diversidad, muchas veces tiende a crear conflictos y a generar dificultades en la parte que corresponde al amor al prójimo, dejando de lado la indicación divina que nos invita a ser humildes, amables, comprensivos y a soportarnos los unos a los otros (Efesios 4:2-6); olvidándonos de que somos el cuerpo de Cristo, y que cada uno en su lugar es parte de Él (1Corintios 12:25-27).

Es por ello, que el Papa Francisco ha iniciado este 2024, alentándonos a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas, a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica, y a no tener miedo a la diversidad de carismas en la Iglesia, ya que éstas junto a la diversidad de tradiciones teológicas y rituales, son algo positivo que no debería de ser nunca causa de división.

Por tanto, el mes de enero se vuelve propicio para rezar por el don de la diversidad en la Iglesia, ya que de esa manera entenderemos que todos y cada uno de nosotros, somos una parte importante del plan de Dios, y que nuestras diferencias en lugar de dividirnos deben provocar una mayor unión en favor de la construcción del Reino de Dios en la tierra, puesto que la Casa de Dios, es la Casa de Oración para todos los pueblos (Isaías 56:6-8), sin importar su color, sexo, cultura, lenguaje, y costumbres.

Pero, como seres imperfectos que somos, muchas veces tendemos a procurar hacer valer la creencia y el actuar del más fuerte o de la mayoría, queriendo someter a las minorías, o discriminar las costumbres y actuaciones que no conocemos, porque nos resulta más fácil criticar en lugar de comprender, imponer en lugar de razonar, y humillar en lugar de amar; nos cerramos a pensar que sólo lo que yo hago es correcto, y es bien visto por Dios, sin tomar en cuenta que el hermano está quizás pensando lo mismo, de ahí es que surgen las divisiones.

El Papa Francisco nos indica, que nos debemos guiar por el Espíritu Santo, para entender que la variedad o diversidad nunca provocan conflicto, puesto que Él nos recuerda que, ante todo, somos hijos amados de Dios; todos iguales, en el amor de Dios, y todos diferentes; y que, para avanzar por el camino de la fe necesitamos también el diálogo ecuménico con los hermanos y hermanas de otras Iglesias y comunidades cristianas.

El Padre Frédéric Fornos, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, subraya: Dios ama la diversidad, es signo de la presencia del Espíritu Santo. Es así como nos conduce a la plenitud de la verdad, a toda la anchura, altura y profundidad de su amor.

Ya para finalizar, los cristianos debemos centrarnos en la Santa Cruz, como símbolo de unidad y diversidad, ya que es el ministerio de amor, ante el cual nos encontramos todos, más allá de nuestra confesión, tradición y rito, recordando que por medio de ella Dios nos ha dado el regalo más maravilloso, la Salvación.

Oremos por la diversidad, para mantener la unidad de la Iglesia.